Impacto social de la Solidaridad
En este caso, no veremos
la solidaridad como la actitud de ofrecer, dar
o entregar algo a otra persona o grupo social en respuesta a una
situación crítica que crea necesidades; sino como la intención, voluntad para
realizar acciones que no se reflejan directamente en forma material en las demás personas de la sociedad pero que
finalmente son deseables, favorables y positivas para ellas.
En la primera situación,
se trata de dar algo material o un poco de tiempo como gesto de solidaridad
reconocido como tal, en la segunda solo Se trata de hacer lo correcto, de
cumplir con las leyes que regulan la vida social. En el primer caso, quizás sea
la ocasión para corregir complejos o disminuir sentimientos de culpa y hasta de
demostrar a los demás que uno es
solidario, que piensa en los demás, que no es egoísta; en el segundo caso se
trata solamente de ser buen ciudadano,
respetuoso del compromiso o contrato social, que no intenta demostrar algo a
nadie, solo se actúa como corresponde a
un buen ciudadano.
En la primera situación,
existe ocasión de alimentar el ego y hasta de formar una imagen pública como
cuando los políticos o personajes populares se exhiben repartiendo bienes a
personas necesitadas o en situación de emergencia, bienes que casi siempre no
son aportes suyos sino de otros que realmente son solidarios; en la segunda
situación no hay afán de protagonismo, solo la demostración de ciudadanía bien orientada,
consciente y responsable.
La primera forma de solidaridad, a la que podemos
llamar “solidaridad social”, es relativamente fácil y se practica por la presión social o el efecto de
demostración; la segunda es voluntaria y se practica por la buena formación
familiar y educativa, es la “solidaridad ciudadana o cívica” y en un pueblo desarrollado es una característica
común a todos sus habitantes.
La solidaridad ciudadana
implica el cumplimiento de las leyes, el
cumplimiento de las normas de convivencia social, presente en normas jurídicas
concretas o en acuerdos implícitas pero conocidos. Si se cumple con las normas
laborales expresadas en documentos concretos, se respeta el orden legal explicito;
si no se arroja basura en las calles o
no se deteriora los lugares públicos, se respeta el orden legal implícito, o más
bien el orden moral que facilita la convivencia.
En ambos casos, la
actuación personal es benéfica para los demás, de la misma manera como la
actuación de los demás en el mismo sentido es benéfica para uno mismo. Es la inversa de la ley de Talión (ojo por
ojo, dente por diente), es la adecuación de un precepto moral que aconseja cómo comportarse socialmente, “Trata a los demás como quieres que te traten a ti”.
Si se respeta las
señales de tránsito, si se evita arrojar basura en las calles, si se cuida un
jardín público, se está respetando el derecho de los demás a disfrutar de un
espacio público limpio, agradable, saludable; lo mismo pasa en relación a uno mismo cuando los demás actúan
igual Si se cumple con obligaciones
sencillas como éstas, expresadas o no
como normas escritas, será más fácil la práctica y cumplimiento de normas más complejas y exigentes; en consecuencia
estará listo el camino para que la sociedad se encamine hacia el desarrollo y
niveles superiores de vida.
Las sociedades donde se
ignora abiertamente las normas escritas o no, donde se desprecia al otro si se
hace evidente alguna situación de inferioridad social (cargo, estamento,
riqueza) es sin duda, subdesarrollada y no tiene futuro, la convivencia es precaria y agobiante, se impone la ley de
la selva y aunque tengan todos los recursos naturales, geográficos, históricos
del mundo, no tienen oportunidades de consolidarse como sociedades desarrolladas.
En el Perú es común ver
a gente que arroja indiscriminadamente basura de todo tipo en la calle: el envoltorio
de un chocolate, la botellas de plástico, cáscaras de fruta, no falta alguien audaz
que puede hasta arrojar en un parque los restos de comida, o miccionan en plena
calle, delante de gente común o de autoridades, de connacionales o extranjeros,
en el día o la noche. No les pasa nada a los infractores aunque la norma esté
escrita y sea de "cumplimiento obligatorio" , la indolencia , desdén
, ignorancia supina de las consecuencias, la falta de autocensura y censura
colectiva son evidentes. En un país vecino,
los mimos sujetos que en el Perú arrojan basura, comida o miccionan en la calle, tienen un
comportamiento totalmente opuesto porque saben que habrá sanciones efectivas,
no sólo morales sino reales (cárcel, pago de multas, imposibilidad de sobornar a las autoridades y en caso extremo la
expulsión del país, previo pago de la sanción).
En el primer país, el que cumple las leyes es
el tonto, el que actúa pisoteando las leyes es el vivo, el vivo criollo o “criollazo”;
en el segundo el que cumple las leyes es el ciudadano respetado y respetable,
el que las ignora o pretende hacerlo se
va directo a la cárcel o paga por sus estupidez ¿Cuál es el nivel de desarrollo
de ambos países, del Perú y su vecino? ¿Cuál creen que el destino ambos países?
Si los peruanos que pasan la frontera y
en el país vecino actúan correctamente
por coerción, por el temor a la sanción efectiva, volvieran al Perú y actuaran
por convicción, podría pensarse en un futuro diferente y promisorio.
En la escuelas
existe la necesidad de enseñar la importancia de la solidaridad, no
solamente como un imperativo moral, para
ayudar a quien lo necesita en un momento particular; es importante la
solidaridad ciudadana, como imperativo social, para el cumplimiento de las
normas explicitas e implícitas, para actuar siempre pensando que la conducta de
uno beneficia o perjudica a los demás y
conducta similares de los demás, benefician o perjudican a uno mismo.
El rol de la Universidad
La Universidad se encarga de la formación de profesionales, pero también tiene
una misión no declarada, no explicita aunque a veces se presenta como el
contenido del motto (frase que identifica a la institución) : Es la formación ética, moral de estos profesionales de manera que en
el ejercicio de su profesión tengan la voluntad
habilidad para establecer un balance entre los intereses personales privados y
los de la sociedad. Es decir, como médicos, ingenieros, abogados o lo que sea, es bueno
obtener reconocimiento profesional, ganar dinero, mejorar la situación personal
y familiar en todo sentido, pero todo lograrse sin el engaño, la mala praxis
profesional, el delito.
Las universidades más
prestigiadas de la sociedad, famosas por los aportes de sus egresados a la
sociedad, la ciencia, las artes y todo ámbito del conocimiento se caracterizan por una excelente formación que demuestra la huella, signo distintivo o impronta entre ellos. Se espera que la dedicación, el esfuerzo, la decisión y la excelencia
demostradas durante el estudio se reflejen también en el ejercicio
profesional. Naturalmente un alumno acostumbrado a
plagiar, copiar, mentir, sobornar en los
estudios, lo hará con mayor intensidad en la vida profesional. Es cierto también
que este tipo de personas no se encuentran en las universidades caracterizadas
por su excelencia.
Una universidad, a
diferencia de las escuelas, no tiene el impacto masivo pero un profesional
competente, con altas cualidades morales, las cultivará en su hogar, entre sus
allegados y clientes creando un efecto multiplicador benéfico.
Citaré dos ejemplos. La Pontifica
Universidad Católica del Perú tiene en su moto la frase “Et lux in tenebris
lucet” (La luz alumbrará en las tinieblas) aludiendo al objetivo de
los fundadores, los sacerdotes jesuitas, de sembrar firmemente el conocimiento
en la mente de los alumnos, a la vez que se afianza la moral y ética. La
trayectoria profesional y social de sus profesionales confirman el cumplimiento
de este mensaje. (Nota 1)
La Universidad de Texas en Austin tiene el
siguiente motto: Disciplina praesidium civitatis (en Latin), en inglés es “
Cultivated mind is the guardian genius of democracy”. No
necesita mayores comentarios, pero es evidente que se forma profesionales que
deben ser buenos ciudadanos. Y esto
implica la práctica de la solidaridad social o cívica, tal como la definimos
antes.
Así, una universidad de
prestigio tiene el imperativo de promover y exigir la excelencia académica, así
como desarrollar y fomentar la excelencia moral. Por esto, la solidaridad
entendida como el respeto a las norma, el respeto a los demás,
contribuirá formar una sociedad más justa,
próspera y con futuro.
Nota 1. Existen en el Perú otras universidades con la
misma mística, excelencia y objetivos. La Universidad del Pacifico, Universidad
de Lima, Universidad Ruiz de Montoya (las tres bajo la inspiración e ideales jesuitas) , la Universidad Peruana Cayetano
Heredia, además de universidades nacionales. En general, es deseable es que el
buen desempeño académico y moral de las mejores universidades se contagie a las
demás.