sábado, 4 de julio de 2015

Cielo e infierno, Solidaridad y ciudadanía. Rol de la universidad


La Solidaridad como reflejo de la Ciudadanía y el rl de la Universidad. Metáfora del Cielo e infierno

Introducción

La siguiente historia sugiere una reflexión  sobre la conducta social y su impacto en la sociedad y su devenir:

Un mandarín chino murió y en su camino hacia el cielo, le pidió a su ángel de la guarda que lo llevase a conocer el infierno. El ángel  de la guarda aceptando  la petición de quien había sido un noble mandarín  lo llevó  primero al infierno. Cuando el mandarín entró, pudo observar un salón lleno de manjares exquisitos y ollas repletas de arroz que despedía un delicioso aroma. La abundancia era impresionante y las mesas estaban ricamente  arregladas. Sin embargo, los comensales  tenían  que ingerir los alimentos con los finos palillos de bambú que tenían dos metros de largo, cosa que hacia imposible que el alimento llegara a sus bocas. La rabia y desesperación de los comensales era inmensa y el hambre aterradora.

Cumplido el recorrido por el  infierno, el ángel llevó al mandarín  al cielo y cual sería la sorpresa del noble chino, cuando observa un panorama igual que el del infierno. Sólo un detalle hace la escena  diferente: “Cada uno de los  bienaventurados, más que alimentarse a sí mismos, pensaba en alimentar a sus vecinos, y así nadie quedaba sin comer” (Historia popular china)
 

 


Impacto social de la Solidaridad

En este caso, no veremos la solidaridad como la actitud de ofrecer, dar  o entregar algo a otra persona o grupo social en respuesta a una situación crítica que crea necesidades; sino como la intención, voluntad para realizar acciones que no se reflejan directamente en forma material  en las demás personas de la sociedad pero que finalmente son deseables, favorables y positivas para ellas.

En la primera situación, se trata de dar algo material o un poco de tiempo como gesto de solidaridad reconocido como tal, en la segunda solo Se trata de hacer lo correcto, de cumplir con las leyes que regulan la vida social. En el primer caso, quizás sea la ocasión para corregir complejos o disminuir sentimientos de culpa y hasta de demostrar a los demás  que uno es solidario, que piensa en los demás, que no es egoísta; en el segundo caso se trata  solamente de ser buen ciudadano, respetuoso del compromiso o contrato social, que no intenta demostrar algo a nadie, solo se actúa como corresponde  a un buen ciudadano.

En la primera situación, existe ocasión de alimentar el ego y hasta de formar una imagen pública como cuando los políticos o personajes populares se exhiben repartiendo bienes a personas necesitadas o en situación de emergencia, bienes que casi siempre no son aportes suyos sino de otros que realmente son solidarios; en la segunda situación no hay afán de protagonismo, solo la demostración de ciudadanía bien orientada, consciente y responsable.

La primera forma de solidaridad, a la que podemos llamar “solidaridad social”, es relativamente fácil y se  practica por la presión social o el efecto de demostración; la segunda es voluntaria y se practica por la buena formación familiar y educativa, es la “solidaridad ciudadana o cívica” y en un pueblo desarrollado es una característica común a todos sus habitantes.

La solidaridad ciudadana implica el cumplimiento de las leyes,  el cumplimiento de las normas de convivencia social, presente en normas jurídicas concretas o en acuerdos implícitas pero conocidos. Si se cumple con las normas laborales expresadas en documentos concretos, se respeta el orden legal explicito;  si no se arroja basura en las calles o no se deteriora los lugares públicos, se respeta el orden legal implícito, o más bien el orden moral que facilita la convivencia.

En ambos casos, la actuación personal es benéfica para los demás, de la misma manera como la actuación de los demás en el mismo sentido es benéfica para uno mismo.  Es la inversa de la ley de Talión (ojo por ojo, dente por diente), es la adecuación de un precepto moral  que aconseja  cómo comportarse socialmente, “Trata a los  demás como quieres  que te traten a ti”.

Si se respeta las señales de tránsito, si se evita arrojar basura en las calles, si se cuida un jardín público, se está respetando el derecho de los demás a disfrutar de un espacio público limpio, agradable, saludable; lo mismo  pasa en relación a uno mismo cuando los demás actúan igual  Si se cumple con obligaciones sencillas como éstas,  expresadas o no como normas escritas, será más fácil la práctica y cumplimiento de normas  más complejas y exigentes; en consecuencia estará listo el camino para que la sociedad se encamine hacia el desarrollo y niveles superiores de vida.

Las sociedades donde se ignora abiertamente las normas escritas o no, donde se desprecia al otro si se hace evidente alguna situación de inferioridad social (cargo, estamento, riqueza) es sin duda, subdesarrollada y no tiene futuro, la convivencia  es precaria y agobiante, se impone la ley de la selva y aunque tengan todos los recursos naturales, geográficos, históricos del mundo, no tienen oportunidades de consolidarse  como sociedades desarrolladas.

En el Perú es común ver a gente que arroja indiscriminadamente  basura de todo tipo en la calle: el envoltorio de un chocolate, la botellas de plástico, cáscaras de fruta, no falta alguien audaz que puede hasta arrojar en un parque los restos de comida, o miccionan en plena calle, delante de gente común o de autoridades, de connacionales o extranjeros, en el día o la noche. No les pasa nada a los infractores aunque la norma esté escrita y sea de "cumplimiento obligatorio" , la indolencia , desdén , ignorancia supina de las consecuencias, la falta de autocensura y censura colectiva son evidentes. En un país vecino,  los mimos sujetos que en el Perú arrojan basura, comida  o miccionan en la calle, tienen un comportamiento totalmente opuesto porque saben que habrá sanciones efectivas, no sólo morales sino reales (cárcel, pago de multas, imposibilidad de sobornar  a las autoridades y en caso extremo la expulsión del país, previo pago de la sanción).

 En el primer país, el que cumple las leyes es el tonto, el que actúa pisoteando las leyes es el vivo, el vivo criollo o “criollazo”; en el segundo el que cumple las leyes es el ciudadano respetado y respetable, el que las ignora  o pretende hacerlo se va directo a la cárcel o paga por sus estupidez ¿Cuál es el nivel de desarrollo de ambos países, del Perú y su vecino? ¿Cuál creen que el destino ambos países? Si los peruanos que pasan la frontera y en el país vecino  actúan correctamente por coerción, por el temor a la sanción efectiva, volvieran al Perú y actuaran por convicción, podría pensarse en un futuro diferente y promisorio.

 
En la escuelas  existe la necesidad de enseñar la importancia de la solidaridad, no solamente como un imperativo  moral, para ayudar a quien lo necesita en un momento particular; es importante la solidaridad ciudadana, como imperativo social, para el cumplimiento de las normas explicitas e implícitas, para actuar siempre pensando que la conducta de uno beneficia o perjudica a  los demás y conducta similares de los demás, benefician o perjudican a uno mismo.

El rol de la Universidad

La Universidad  se encarga de la  formación de profesionales, pero también tiene una misión no declarada, no explicita aunque a veces se presenta como el contenido del motto (frase que identifica a la institución) : Es la  formación ética,  moral de estos profesionales de manera que en el ejercicio de su profesión  tengan la voluntad habilidad para establecer un balance entre los intereses personales privados y los de la sociedad. Es decir, como médicos,  ingenieros, abogados o lo que sea, es bueno obtener reconocimiento profesional, ganar dinero, mejorar la situación personal y familiar en todo sentido, pero todo lograrse sin el engaño, la mala praxis profesional, el delito.

Las universidades más prestigiadas de la sociedad, famosas por los aportes de sus egresados a la sociedad, la ciencia, las artes y todo ámbito del conocimiento se  caracterizan por una excelente  formación que demuestra la huella,  signo distintivo o impronta  entre ellos.  Se espera que la  dedicación, el esfuerzo, la decisión y la excelencia demostradas  durante  el estudio se reflejen también en el ejercicio  profesional.  Naturalmente un alumno acostumbrado a plagiar, copiar, mentir,  sobornar en los estudios, lo hará con mayor intensidad en la vida profesional. Es cierto también que este tipo de personas no se encuentran en las universidades caracterizadas por su excelencia.

Una universidad, a diferencia de las escuelas, no tiene el impacto masivo pero un profesional competente, con altas cualidades morales, las cultivará en su hogar, entre sus allegados y clientes creando un efecto multiplicador benéfico.

Citaré dos ejemplos. La Pontifica Universidad Católica del Perú tiene en su moto la frase “Et lux in tenebris lucet” (La luz alumbrará en las tinieblas) aludiendo al objetivo de los fundadores, los sacerdotes jesuitas, de sembrar firmemente el conocimiento en la mente de los alumnos, a la vez que se afianza la moral y ética. La trayectoria profesional y social de sus profesionales confirman el cumplimiento de este mensaje. (Nota 1)

 
La Universidad de Texas en Austin tiene el siguiente motto: Disciplina praesidium civitatis (en Latin), en inglés es “ Cultivated mind is the guardian genius of democracy”. No necesita mayores comentarios, pero es evidente que se forma profesionales que deben ser buenos ciudadanos.  Y esto implica la práctica de la solidaridad social o cívica, tal como la definimos antes.
 
 

Así, una universidad de prestigio tiene el imperativo de promover y exigir la excelencia académica, así como desarrollar y fomentar la excelencia moral. Por esto, la solidaridad entendida como el respeto a las norma, el respeto a los demás, contribuirá formar  una sociedad más justa, próspera y con futuro.

Nota 1.  Existen en el Perú otras universidades con la misma mística, excelencia y objetivos. La Universidad del Pacifico, Universidad de Lima, Universidad Ruiz de Montoya (las tres bajo la inspiración e ideales  jesuitas) , la Universidad Peruana Cayetano Heredia, además de universidades nacionales. En general, es deseable es que el buen desempeño académico y moral de las mejores universidades se contagie a las demás.

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