La educación y el Presupuesto. Cuando la inversión
en el sector es diferente al presupuesto
Introducción
La educación es un
derecho humano fundamental y aunque los gobiernos se proponen como tarea el
cumplimiento de las metas propuestas por las Naciones Unidas en este ámbito, es
también importante considerar la calidad, pertinencia y utilidad de la
educación. Aprender a leer y escribir es bueno para las actividades básicas y
rutinarias, pero el contexto económico, tecnológico y social exige mucho más que eso; se necesita crear y
desarrollar competencias y habilidades que son resultado de una educación de
calidad, que cumple con los más altos estándares.
La alfabetización al
100% es buena, pero la calidad educativa que apenas desarrolla capacidades básicas no apropiadas para el
SXXI no lo es; ahí radica el problema de
muchos gobiernos. ¿Cómo lograrlo? La respuesta está en la disponibilidad de recursos
financieros para proporcionar los elementos básicos. Se necesita dinero para
nueva y mejor infraestructura educativa, para el equipamiento adecuado, para la
adopción e implantación de recursos
tecnológicos, para la capacitación y formación de los nuevos maestros, y
para muchos fines complementarios.
Es necesario priorizar
la asignación de recursos porque las necesidades son inmensas. El dinero
disponible, el presupuesto asignado al sector educación por los gobiernos debe
ser invertido en la educación; y entendemos inversión como el empleo del
presupuesto total para atender las demandas priorizadas.
¿Dónde debe realizarse
la inversión? Mejores escuelas, mejor equipamiento,
mejores condiciones de trabajo, mejores salarios; y como condición básica
transparencia, eficiencia y eficacia en el uso del presupuesto.
En toda situación donde
existe dinero del estado, la oportunidad para el delito está presente (malversación, peculado, sobrevalorización,
pagos ilegales) y en la medida en que existan menos ocasiones o intención de
cometer estos delitos, la calidad de la educación será mayor.
Cuadro
1. Relación entre Inversión en educación y calidad de educación
Inversión
en educación como porcentaje del Presupuesto sectorial
|
Consecuencia
en la Calidad de la educación
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Inversión = 100% del
presupuesto
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Alta calidad, responde totalmente a exigencia del SXXI
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Inversión >= 80%
del presupuesto
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Calidad alta,
algunos problemas pero es competitiva
|
Inversión >= 50% del presupuesto
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Calidad baja, existen islas de calidad
|
Inversión < 50% presupuesto
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Calidad ínfima. Responde a exigencia del SXX (obsoleto)
|
Fuente: Elaboración propia
(C. Rivas R., julio 2015)
La calidad de gasto hace la diferencia
En la gráfica se 1 se
muestra la diferencia entre los niveles de educación de países orientados a la
formación de sus estudiantes con las competencias y habilidades requeridas en
el SXXI. En este caso se supera el límite crítico que marca la diferencia entre
estar preparados para enfrentar las demandas profesionales, laborales y cognoscitivas
del SXXI y estar obsoletos e inermes. En
la parte inferior de la línea AA´, los países que están fuera de la competencia
mantienen sistema educativos de baja calidad caracterizados por la obsolescencia
de métodos educativos y contenidos transmitidos.
En algunos casos la infraestructura puede estar actualizada
pero la capacidad de aprovechar las ventajas no existe. En cierto modo, es como
echar vino rancio en una botella nueva, con al esperanza de que se renueve el
contenido. Sólo Cristo realizaría este milagro. El Perú, lamentablemente se
encuentra en el grupo de los países que no han superado la línea crítica, y
pese a los discursos grandilocuentes y cifras de éxito desplegadas con euforia,
no hay avances reales comprobables y contrastables con países por encima de la
línea crítica. El mal de Hubris, como siempre, afecta a los responsables del
sector.
Cuando el presupuesto
destinado al sector educación se emplea íntegramente para los fines y usos legítimos, justificables
y comprobables, el resultado es como se muestra en la Gráfica 2. A mayor
cantidad disponible, la calidad de la educación es mayor, es sostenible, se
muestra en los resultados de corto plazo y se consolida a largo plazo. En
términos generales, los alumnos de formación básica están preparados para ser
profesionales o técnicos competitivos, creativos, con destrezas y habilidades
que les permiten aprovechan las ventajas y oportunidades que les ofrece el
SXXI. Es la situación ideal.
Se entiende por
inversión real en educación, el uso de recursos para mejorar la
infraestructura, actualizar métodos educativos, pagar bien a maestros, realizar
gastos corrientes con transparencia, honestidad y eficiencia.
En la gráfica 3 se
muestra la realidad. Por lo general en países como el Perú, el presupuesto
sectorial (P) es mayor que la inversión
en educación (I), de manera que la diferencia o gasto no justificado (G) es
igual a G = P – I. Este gasto no es el gasto corriente (sueldo, salarios,
mantenimiento, entre otros) sino el que corresponde al desvío de fondos para
sobrevaloración, compras ficticias, pago de consultorías y estudio también ficticios,
coimas y otras actividades criminales.
Cuando se construye un
colegio directamente por el Estado y el costo real es de 5 millones de nuevos
soles (unidad monetaria del Perú), se pasa como una inversión de 20 millones,
la diferencia es el gasto ilegal (15 millones que se pierden misteriosamente en
el camino y nunca llegan a su destino). O cuando se “contrata“ personas o a empresas
"consultoras" para estudios ficticios, pagando 20 millones
para recibir un informe también ficticio que luego se arroja a la basura, el
gasto no justificado es de 20 millones de nuevos soles. Las formas y oportunidades
para defraudar al Estado son múltiples y con seguridad, son aprovechadas por
las autoridades y funcionarios inescrupulosos que saben que los delincuentes tienen
un "derecho" consagrado en el
ambiente legal peruano, la impunidad. (Nota 1)
En la gráfica 3 se muestra
la brecha creciente entre el presupuesto y la inversión real en educación. Cada vez son
más audaces y ambiciosos los depredadores del Estado, por eso la diferencia G =
P-I se hace más grande. La evidencia empírica confirmaría esta suposición. Y se
confirma además en el hecho global de que a pesar de que la infraestructura ha
mejorado notoriamente en muchos lugares, la calidad educativa se mantiene baja ¿Por
qué los alumnos de colegios emblemáticos, con locales modernos, cómodos y completamente
equipados no aprueban o superan masivamente las pruebas PISA? Su nivel es tan paupérrimo
como el del alumno que estudia en un colegio sin paredes y se sienta sobre
piedras o troncos.
Si la solución del problema
de la baja calidad educativa se redujera a tener más dinero o presupuesto,
entonces si ahora se gasta 3,5% del
PBI en educación , con el 6% del PBI en
unos pocos años, el Perú debería estar al nivel de Corea del Sur o Finlandia.
La magia o ilusión de los números, pero la realidad no es tan simple, estas
extrapolaciones son espurias y falaces. “Es la calidad del
gasto, no la cantidad lo que hace la diferencia”.
En la gráfica 4 se puede
observar como a pesar de tener mayor presupuesto, la calidad educativa cae por
varias razones. Una de ellas es que la línea crítica no es estática, pues los
conocimientos, exigencias y habilidades requeridas son cada vez más complejas,
forman una valla más alta y quien no corre
a la velocidad del cambio, está desfasado y perdido. En el Perú puede
indicarse como éxitos la mejoría respecto a
situaciones pasadas, pero se basa en patrones o referencias ya
obsoletas; si se hiciera la comparación con países en los que realmente se invierte
el presupuesto sectorial en la educación, se vería como se incrementa la brecha
de la calidad educativa. Incluso en aquellos donde alguna fracción se desvía
(5% o 10%) se observa la superioridad de logros respecto al sistema educativo peruano.
En el Perú es un secreto
a voces la forma como se depreda al estado. Los hechos de este gobierno serán materia
de investigación y hallazgos en el siguiente gobierno. Al principio, se tomará
como persecución política, como vendetta o cacería de brujas; luego, cuando los
hechos sean demostrados con pruebas se generarán escándalos, y en la fase final
de la "negociación" entre acusados y acusadores todo quedará en el olvido.
La impunidad lograda por la generosidad del sistema judicial y político permitirá
los denunciados disfrutar de sus logros económicos a expensas del Estado (¿quizás
compartirán algo de los beneficios?) y todo se reducirá a hechos anecdóticos. Nada
cambia y nada cambiará, hoy como hace 10 o 100 años, la corrupción impone sus
reglas y el Perú avanza hacia el abismo moral y a largo plazo, económico.
En un estudio posterior
se analizará las diferencias entre los países que muestran mejores resultados
en relación a las pruebas PISA, que
resultan hasta banales pues se pude falsear los resultados y mostrar mejoras
inexistentes; así como el desempeño global de los estudiantes demostrado en su
formación y competencias profesionales, la cantidad, calidad y trascendencia de
la investigación científica realizada en sus universidades y empresas.
Nota 1. Es indignante ver como las Naciones Unidas,
mediante el organismo PNUD se presta a estas jugarretas delictivas cuando avala
y respalda las licitaciones ficticias, las planillas doradas o secretas, la
sobrevalorización de obras, y otras formas de malversación de fondos.
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